bello poema le has regalado a estas desnudas piedras Ñoco, buen texto, un saludete! Cris
Mi mirada, irremediablemente, se va a la piedra roja del primer plano.¿Casualidades?Me inquieta esta entrada, no sé por qué.:)
Ellas esperaron serenas y tú descubriste su belleza: piedras preciosas.
En silencio, ellas duermen, ellas viven. Mira a la bella dama vestida de rojo, acepta en nombre de todas las demás, tu regalo. Sonríe. La de rojo es la mas bonita, pero en silencio te lo digo, para no resentir a las demás. Que calidad amigo Ñoco,es impecable.Da gusto empezar la semana con letra e imagen así.Abrazo.
La verdad esta en la piedra,algunas me gustan mas que los brillantes.
Creo, que el pajaro cuando yo le miro, vuela.
qué bonitas...y qué me dices de los cantos rodados.....como la vida misma!!
son tan preciosas que dan ganas de acerse un collar con ellas.abrazos
Mírala ella, con tantas huellas, tantas aventuras en su superficie. No es una piedra suave domada por los elementos, es salvaje, y la que más brilla. Parece una animalillo agazapado o agotado.Un abrazo, Ñoco.
Las piedras del camino son las que nos ayudan a superarnos. Bellas, Inmóviles, planas o no. Gastas por los pasos que nos obligan a dar sobre ellas
Qué buena combinación de imagen y palabras. Dan ganas de sentarse un rato en una piedra a descansar.
Parece que durmieran siempre, pero están vivas y preciosas. Las colecciono desde hace años, soy piedra con ellas cuando las acaricio.Gracias por apreciar también -y tan bien- las (para algunos) pequeñas cosas.Le dejo besos grandes y un regalo en el cabaret
Que chula la foto! Mmm Hace mucho no me revuelco entre las piedras de la playa... Hay ganas. Ah, yo conocí hace poco la playa de Agaete, Gran Canaria ¿no? Es una playa genial.
Gracias por el regalo... Precioso.Una curiosidad: ¿por qué elegiste esa musica?Ronroneo de todo el Atlántico, domado contra natura en Agaete.
Claro que conozco estas piedras tantas veces por mí pisadas. Me he quemado con ellas, me he tropezado, me he caído para luego levantarme. Son las piedras que me han visto crecer, ¿cómo olvidarlas?Saludos.
Mira lo que te cuento...
bello poema le has regalado a estas desnudas piedras Ñoco, buen texto, un saludete! Cris
ResponderEliminarMi mirada, irremediablemente, se va a la piedra roja del primer plano.
ResponderEliminar¿Casualidades?
Me inquieta esta entrada, no sé por qué.
:)
Ellas esperaron serenas y tú descubriste su belleza: piedras preciosas.
ResponderEliminarEn silencio, ellas duermen, ellas viven. Mira a la bella dama vestida de rojo, acepta en nombre de todas las demás, tu regalo. Sonríe. La de rojo es la mas bonita, pero en silencio te lo digo, para no resentir a las demás.
ResponderEliminarQue calidad amigo Ñoco,es impecable.
Da gusto empezar la semana con letra e imagen así.
Abrazo.
La verdad esta en la piedra,algunas me gustan mas que los brillantes.
ResponderEliminarCreo, que el pajaro cuando yo le miro, vuela.
ResponderEliminarqué bonitas...y qué me dices de los cantos rodados.....como la vida misma!!
ResponderEliminarson tan preciosas que dan ganas de acerse un collar con ellas.abrazos
ResponderEliminarMírala ella, con tantas huellas, tantas aventuras en su superficie. No es una piedra suave domada por los elementos, es salvaje, y la que más brilla.
ResponderEliminarParece una animalillo agazapado o agotado.
Un abrazo, Ñoco.
Las piedras del camino son las que nos ayudan a superarnos. Bellas, Inmóviles, planas o no. Gastas por los pasos que nos obligan a dar sobre ellas
ResponderEliminarQué buena combinación de imagen y palabras. Dan ganas de sentarse un rato en una piedra a descansar.
ResponderEliminarParece que durmieran siempre, pero están vivas y preciosas. Las colecciono desde hace años, soy piedra con ellas cuando las acaricio.
ResponderEliminarGracias por apreciar también -y tan bien- las (para algunos) pequeñas cosas.
Le dejo besos grandes y un regalo en el cabaret
Que chula la foto! Mmm Hace mucho no me revuelco entre las piedras de la playa... Hay ganas. Ah, yo conocí hace poco la playa de Agaete, Gran Canaria ¿no? Es una playa genial.
ResponderEliminarGracias por el regalo... Precioso.
ResponderEliminarUna curiosidad: ¿por qué elegiste esa musica?
Ronroneo de todo el Atlántico, domado contra natura en Agaete.
Claro que conozco estas piedras tantas veces por mí pisadas. Me he quemado con ellas, me he tropezado, me he caído para luego levantarme. Son las piedras que me han visto crecer, ¿cómo olvidarlas?
ResponderEliminarSaludos.